¿Qué tanto influye la talla de un kayak?: Dagger Code Large

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¿Qué tanto influye la talla de un kayak?: Dagger Code Large

¿Qué tanto influye la talla de un kayak?: Dagger Code Large

Por: Santiago Sandoval

Salto del Mariman – Foto: Gonzalo Roberts

A medida que nuevos botes van apareciendo en el mercado, y después de varios años de proceso ensayo y error, se podría decir que varias marcas han llegado a un punto en su historia en donde sus botes son casi perfectos.

Entonces me pregunto, ¿pueden seguir mejorando los kayaks?

Si vamos hacia atrás en la historia del canotaje, está clarísimo que la evolución de los diseños ha cambiado radicalmente; desde las bestias de 4 metros con las que se hicieron icónicos primeros descensos alrededor del mundo, tales como el Stikine, BioBio o North Fork of the Payette, pasando por el boom del freestyle y el agua grande. Luego los primeros botes de creek, la aparición del rocker y un montón de otros factores que han forjado la cultura kayakista que hoy en día nos tiene contentos con nuestros Daggers, Wakas y Jacksons arriba del auto.

 

Botsssss at RLO

 Es por eso que cada vez que sale un bote nuevo, algo tiende a decirme -mmm, ¿será algo realmente innovador?

Pero, al fin y al cabo, la idea de remar un bote no debería ser por moda, sino por algo que te hace sentir bien, seguro, que te hace conectar con el río de una manera excepcional y descender por rápidos y saltos en la mystic connection.

Creo que he ahí una de las razones por las que Waka ha tenido tanto éxito durante los últimos 8 años.

Hace un par de meses atrás, cuando Dagger finalmente lanzo el Code (y digo finalmente porque se aseguraron de que el diseño final contara con todas las mejores partes de los prototipos), prometía ser un nuevo Mamba combinado con algunas mejoras de kayaks más modernos, además de venir en 3 tallas (S-M-L). Ahora, cuando nos metemos en el tema de las tallas la cosa se pone un poco más complicada. Ha pasado, en el pasado, que marcas han tratado de sacar kayaks de un mismo diseño, pero para diferentes tamaños y no ha sido tan… bueno, exitoso se podría decir.

Ya que es complejo tomar los elementos de un buen bote y adaptarlos a volúmenes completamente diferentes.

Fue el caso de Pyranha con el 9R, que siendo el M uno de los mejores botes de la historia, el L era un bote completamente diferente, que se remaba de una manera completamente diferente.

Por lo mismo, cuando escuché que el bote venía por tallas se despertó mi curiosidad.

En mi personal gusto, los botes que más me han gustado tienden a ser botes ágiles y rápidos; 9r 1, Cross, Gangsta, Royal Flush, Granate, y especialmente el Phantom. Con las excepciones del Tuna 2, que, siendo un bote lento, es para mi uno de los mejores diseños que he tenido la oportunidad de remar.

 

Phantom en acción – Foto: Gonzalo Roberts

 

En un principio pensé que el Code M sería perfecto para mi, por un tema de talla más que nada.

Con sus 337 L, 267cm de largo y 69 de ancho, un rocker pronunciado y más cantos que el Phantom, este bote prometía.

Llegó a fines de noviembre y lo llevamos directamente a todos los clásicos de la zona lacustre. Un par de laps en el Palguin, Nevados, Trancura y después su viaje para Puelo, me comprobaron que efectivamente el kayak es un shit runner absoluto, pero viniendo de un año de remar el Phantom casi todos los días, podía sentir como le faltaba un poco de velocidad.

Decidí tratar suerte con el L hace un par de días atrás, con un poco de miedo igual dada la talla del bote; con 367 L (7 más que un OG), e impresionantes 279 cm este bote está recomendado para kayakistas entre los 85 y 120 kg. Y yo por mi parte con suerte llego a los 70…

Pero en fin, siempre he tenido fe en que no es el tamaño, es cómo lo remes. Así que puse a prueba mi teoría y lo primero que hice fue outfittear el bote lo mejor posible (que creo es una de las mejores cosas que uno puede hacer para sentirse cómodo en un kayak nuevo)

Lo primero fue mover el asiento lo más adelante posible, desde el principio he sentido que esto te da mayor control del bote y más estabilidad. Después busqué las espumas que vienen con los botes Dagger y le puse casi 4 cm de foam para levantar el asiento. Esto puede       quitarte un poco de estabilidad, pero el ir más arriba te entrega una remada más poderosa. (Esto en todo caso son consejos basados en mi experiencia, creo que cada uno tiene sus gustos al momento de remar un bote, y recomiendo probar diferentes estilos antes de definir el propio).

Llevé el bote al Trancura para hacer el test run; y a pesar de los bajos niveles que trae el río en estas épocas del año, es un lugar increíble para probar un kayak, ya que poca agua significa movimientos más técnicos y precisos

Largggeeeee – Foto: Campos de Hielo

 

 Desde un principio pude notar la sustancial diferencia con su hermano el M, ya que el largo del L entrega muchísima más velocidad en ambos plano y rápido. A pesar de mis preocupaciones con respecto a cómo se movería el bote en cuanto al tamaño, quedé bastante impresionado de la agilidad con la flotaba a través de los rápidos. Súper fácil de mover y boofear. Su rocker pronunciado te ayuda a cortar las olas, diagonales y corrientes. Los cantos se podría decir que son mediano agresivos y hacen que el kayakista pueda conectar con el bote cuando necesita respuestas rápidas. Y como mencione anteriormente, el largo mantiene una velocidad constante en todo el río.

El Code L es un bote muy versátil, y, como podría ocuparse en clase V’sss, también se puede llevar a expediciones y es un kayak muy entretenido para jugar en el río y las remadas de todo los días.

 Concluyo; la talla de un bote si influye en su comportamiento en el agua, pero la teoría tiene mucho más peso cuando se trata de una persona ocupando un kayak más pequeño, pues al momento de subir de talla, existen más posibilidades de ajustar el bote y personalizar el interior para remarlo de manera más cómoda.

 Churr churr churr!! Vayan a kayakear y busquen sus kayaks en Rivers, Lakes & Oceans ;)

 

-Santi